miércoles, 23 de febrero de 2011

Señores: así son las cosas


Está haciendo furor en Youtube, este video (en dos partes) de una conferencia de Arcadi Oliveres, economista español y reconocido activista cristiano por la justicia social y la paz.
Resumen de la conferencia de Oliveres:
1. Según un informe del Senado de Estados Unidos, con el dinero que la petrolera Exxon-Mobil da a Guinea Ecuatorial por explotar sus yacimientos petrolíferos, cada ecuatoguineano, de los 500.000 que viven en el país, podría tener una renta per cápita anual superior a los 35.000 dólares y no de 500 como tienen ahora. ¿Quién roba el dinero? El presidente Obiang y sus allegados que, mediante sociedades pantalla, lo guardan, casi en exclusividad, en Madrid, en el Banco Santander.


2. "El mayor ladrón de todos fue Hassan II, el querido hermano de Juan Carlos I". Según alega Oliveres, cuando murió tenía a su nombre en París más de 50.000 millones de dólares, es decir, dos veces y media más de la deuda externa de su país, Marruecos, que asciende a 20.000 millones de dólares.
3. Los países pobres han de hacer frente a la deuda externa, que supone el capital prestado más los intereses. "Esa cantidad es cinco o seis veces más grande que la ayuda al desarrollo que se envía desde el primer mundo".
4. España recibe 900 millones de euros anuales en concepto de deuda externa a otros países subdesarrollados. Debería suprimirla. ¿Y de dónde podría obtener ese dinero? Según un estudio de la Pompeu Fabra, el fraude fiscal asciende en nuestro país a los 80.000 millones de euros al año.
5. Además de explotar económicamente a estos países, les ayudamos a que hagan la guerra. Se les alimenta de armas que se fabrican y se venden en el norte para que se sufra y se paguen en el sur. Además, el tráfico de armas es inversamente proporcional al tráfico de drogas, que se producen en el sur y se consumen en el norte. ¿Podemos sospechar que hay armas que se pagan con drogas y drogas que se pagan con armas?
6. España es el sexto país que más armas exporta al mundo y, según Intermon Oxfam, el segundo, detrás de Estados Unidos, que más munición vende a las guerras africanas.
Conclusión: Si pagamos mal a esos países, nos quedamos con sus recursos, les asfixiamos con una deuda externa abusiva y les damos armas para que se maten es lógico que sus ciudadanos no vivan bien. Y deciden salir de sus países a buscar un futuro mejor, pero no siempre con la misma suerte. Según el Ministerio del Interior, de 2006 a 2008 murieron en el mar, intentando superar el Estrecho o llegar a las Canarias, más de 12.000 personas, que se sepa, pues otras muchas estarán para siempre en el fondo del océano.

Tomado de este artículo de José Manuel Vidal. 

miércoles, 9 de febrero de 2011

Todos habremos de pasar por la frontera de Mauritania


Mi hermano me dice que los han deportado; me lo dice en su castellano con arreglos de Polonia: "Con tristeza se llevaron a nuestros hermanos africanos, horrible...".  La tristeza no era de quienes se los llevaron, sino de los deportados y de mi hermano.
Es necesario gritar: Los han llevado al sur, hacia la frontera. Allí los han abandonado. Helena entrecomilla palabras de un hombre que clama en el desierto: "Os suplico que nos rescatéis. No podemos continuar andando.Vamos a morir en este desierto. Os lo suplico de nuevo. Estamos cerca de la frontera mauritana; vemos la barrera mauritana y los soldados".
Es necesario gritar, pero no sabría dar nombre a los responsables de esta violación de derechos. Es necesario gritar, aunque puede que haya de considerarme a mí mismo cómplice de quienes han puesto manos sacrílegas sobre la vida de los pobres. Es necesario dejar que vuelen palabras mensajeras de justicia para los inmigrantes, pero no se me oculta que por ello puede verse restringida o anulada la libertad que ahora tenemos de socorrerles en su necesidad.
Entonces no gritaré. Me limitaré a leer el evangelio: "Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda".
Mucho me temo que las misas de este domingo sexto del Tiempo Ordinario van a durar más de lo acostumbrado, pues antes de poner la ofrenda sobre el altar, todos habremos de pasar por la frontera de Mauritania para que nos perdonen los negros entregados allí, con nuestro dinero, a un destino de muerte.
Si te fijas en el canto de comunión de este domingo, hallarás en él palabras de revelación que llenan de alegría el alma: "Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna". Pero verás que son también palabras de advertencia: Nosotros podemos ignorar el sufrimiento de los pobres y matarlos en las fronteras. 

¡Dios nos reclamará la vida de su Hijo!



Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger